La semana pasada le pregunté a mi cliente: ¿Quieres ser protagonista de tu vida? y me contestó con un gran SI, pero luego me comentan sobre situaciones, que está seguro que solo le ocurren a él y que cualquier factor externo, como sus padres, hijos, pareja, jefe, equipo y hasta la vida misma, son el único responsable de su sufrimiento.
Escucho frecuentemente frases como: “es que no me comprenden, o no me validan” o “no me valoran o no respetan mi autoridad”, “no puedo decirles que no”, “es que me dicen que estoy gorda, o que soy baja, fea, tonta…”, «él me hace sentir poco amada». Ante esa “realidad” es muy difícil imaginar otra verdad que no sea que soy una víctima de todos!!!
¿Sabes lo que es ser protagonista?
Ser el protagonista de tu vida es estar consciente que eres responsable 100% de todas las decisiones que tomas, así como de los logros que se alcanzan.
💡 Te podría interesar: ¿Por qué es importante celebrar los logros?
Entonces, ¿por qué actuamos como víctimas?
¡Simple! Porque desde pequeños nos acostumbramos a dar como válido solo la historia que compramos en algún momento de nuestra vida… buscando respuestas “afuera” y no dentro. Cuando asumimos el papel de víctima, permitimos que las circunstancias y las acciones de los demás dicten nuestra vida. Nos sentimos impotentes, como si no tuviéramos control sobre nuestro destino. Adoptar esta mentalidad solo conduce a la autolimitación y al sufrimiento continuo.
Durante muchos años tendía a culpar a los demás o a las circunstancias por mis dificultades, sin darme cuenta de que mi poder radica en mi capacidad para responder ante las adversidades. Hasta hace muy poco me aferraba a la mentalidad de víctima, y ¡upss! reconozco que a veces, cuando no estoy atenta a mis pensamientos, lo vuelvo a hacer… y me pierdo valiosas oportunidades de crecimiento personal, así como alcanzar la plenitud.
Tal vez hayas notado que tus emociones o el cuerpo te estén dando señales, a veces es más fácil ignorarlas o tomar una pastilla para evitar el dolor; pero ¿cuánto tiempo lo vas a seguir haciendo? ¿No crees que es mejor detener el sufrimiento para siempre, y convertirte en el protagonista de tu vida?
¿Cómo ser protagonista de tu vida?
Ser consciente de tu poder y capacidad para influir en tu realidad, es el otro lado de la moneda. Es mirar hacia adentro, aceptando la responsabilidad de nuestras acciones y decisiones, reconociendo que se puede dar forma a nuestra vida, afrontando los desafíos de manera constructiva.
El protagonista no se deja arrastrar por los obstáculos, sino que los ve como oportunidades para crecer y aprender. Adopta una mentalidad de abundancia y resiliencia, buscando soluciones en lugar de lamentarse por los problemas. Con cada desafío superado, se fortalece y se acerca más a su visión de una vida plena y satisfactoria.
Preguntas frecuentes sobre ser protagonista de tu vida
1. Autoconocimiento, Tómate el tiempo para reflexionar sobre tus creencias, tus fortalezas y tus áreas de mejora. Conoce tus valores y qué es lo que realmente deseas en la vida.
2. Responsabilidad, Acepta que eres el único responsable de tus decisiones y acciones. Deja de culpar a los demás o a las circunstancias externas por tus resultados. Toma las riendas y comprométete a tomar decisiones alineadas con tus metas y valores.
3. Mentalidad positiva, Cultiva una mentalidad positiva y optimista. Enfócate en las soluciones en lugar de los problemas. Practica la gratitud y busca oportunidades.
Todos los días, me levanto y decido que hoy soy la protagonista de mi vida. Durante casi 50 años viví en piloto automático, pero desde que entiendo quién soy, lo que valgo, el poder que tengo, decido tomar acción día a día. Voy construyendo mi presente y mi futuro, como si fuera una arquitecta o diseñadora, a través de mis pensamientos, que se traducen en pequeñas piezas de un rompecabezas. A veces, equivoco la pieza… pero ya no siento que sea el fin del mundo, es solo una pieza de todo el tablero…
En mi tablero… todo lo que pase es mi responsabilidad, porque me observo, me escucho, e incluso me perdono si me equivoco. Lo intento día a día, y resulta sorprendente y hasta divertido, saber que en mi tablero soy la única que pone las piezas.
Sigue leyendo: